domingo, 28 de agosto de 2011

Renacimiento. Palabra. Y omisión.


Tras un tiempo de desconexión, depuración y mucha, mucha reflexión, Joni me peino vuelve a la carga desde aquí. Los motivos de mi desaparición han sido varios y no vienen al caso, así que entremos de nuevo en materia y pongámonos a escribir como locos.

Grandes han sido los avances que han sucedido en la historia. Hemos pasado de ser lo más diminuto e insignificante, una molécula, a ser un ser bípedo, con cerebro y razón. Claro está que no todos gozan de esta última y es aquí donde reside el eje de mi reflexión.

Miles de años lleva el ser humano en su proceso de evolución y avance por los caminos de la historia. Grandes etapas se han desarrollado, dejando un gran matrimonio artístico y cultural y un gran legado de la fuerza y el poder de la mente humana.

Pero yo me pregunto si realmente ese avance se ha traspasado de generación en generación o si simplemente se ha dado en sujetos ocasionales y en momentos oportunos de la historia, fruto de una evolución caprichosa y un proceso darwiniano de selección donde sólo los más fuertes e inteligentes han sobrevivido.


Dolce & Gabbana Primavera-Verano 2011
Pie de foto: La selección de la especie. El poder del más fuerte e inteligente. D&G. 

Si miramos a nuestro alrededor todo sigue igual en cuanto al ser humano se refiere. Poco ha cambiado. Siguen las luchas de poder, las ansias por derrotar al enemigo y superar a tu vecino. El egocentrismo, la idolatría y las ganas continuas de procrear y disfrutar del cuerpo. Seres vivos sin más, seres sin razón, movidos por los impulsos animales que llevamos dentro.
Líderes políticos que nos representan y que dan vergüenza. Directores y jefes que no saben realmente llevar a cabo su propia tarea. Seres que siguen sin "razón" caminos que llevan a la propia autodestrucción, y de paso la destrucción paralela del que le acompaña. Países que se obsesionan por crear mentes iguales y alienar al ser. Y mucha inconsciencia contaminando el ambiente.

Y entre todo ese entramado, mentes singulares que sobresalen de la multitud para mostrarnos un ápice de lo bella y maravillosa que puede ser la vida. Palabras que marcan un antes y un después. Hechos que demuestran que no todo es poder ni riqueza. Y omisiones que realmente revalorizan el simple hecho de no hacerlo.

Me quedo con eso, con las personas que realmente tienen el valor, el don y la razón para ser considerados eso mismo: personas.

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